domingo, 13 de febrero de 2011

Lámpara mágica


Divagué por cierto tiempo qué objeto elegir, nada se le ocurría a mi mente para elaborar este texto, sin embargo, después de haber estado una hora mirando hacia el techo de mi habitación apareció en mi cabeza una imagen brillante, con esferas de vidrio pequeñas alrededor de esa luz y una más grande que las otras con un relieve en forma de cuadros que permitían que en la iluminación transmitida por todas las paredes de la habitación se vieran pequeños cuadritos que daban un toque estético y místico a la misma. En la parte superior tiene un espejo circular que refleja partes de mi rostro como mis ojos y algo de mi frente lo cual me hace pensar en cómo ven los demás mi cara y cómo ven ellos lo que hay detrás de mi semblante, igualmente, cavilo pero esta vez con mayor intensidad que la anterior ya que me detengo estrictamente en las personas que están cerca de mi vida, entonces, emergen varias personalidades que se han cruzado en mi camino, además, de los protagonistas actuales de mi existencia. Pienso en cada uno de ellos, en sus formas, sus tratos, sus palabras, sus actos, sus silencios y por último deviene a mi cerebro la última vez que los vi y les hablé, me hablaron, me escucharon, ellos aunque pocos, hacen de mí lo que los demás puedan ver.

Después de tanto meditar vuelvo a entrar en mi dormitorio y me encuentro nuevamente debajo de aquel destello que debido a que tanto mi cuerpo como mi mente están yacidos sobre la cama así que cierro mis ojos e ingreso al mundo mágico de los sueños de mi inconsciente que por lo general relata escenas sangrientas, crueles, nostálgicas, melancólicas, incluso violentas por lo cual casi siempre despierto exacerbada aún así al despertar examino otra vez la parte superior de mi habitación y encuentro el motivo de estas líneas, la pequeña pero iluminante lámpara que me acompaña en mis noches de desvelo y en mis cortas pero trágicas apariciones.

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